Cuando la custodia compartida es una opción, como en Aragón,, un posible camino al que un padre puede optar, se convierte, automáticamente, en una posible víctima de proceso de violencia sobre la mujer. Gracias a la ley 1/2004, discriminatoria desde su concepción, muchos menores pierden la relación con sus padres y su familia extensa, y muchos varones pierden todo aquello que conformaba sus vidas injustamente.
Alguien pedía datos objetivos, aquí están; https://www.youtube.com/watch?v=n1mUFSz ... ature=plcp
Las opiniones son muy aportadoras, sobre todo con casos reales y para prevenir que le ocurra a otros compañeros o conocidos. A partir de noviembre, fecha de la Ley de Custodia Compartida a nivel nacional, de prevé que ocurra lo mismo en toda España.
Ante FALSAS DENUNCIAS: SORPRESA, IMPOTENCIA, INDIGNACIÓN, DOLOR
Así como nadie está libre de sufrir un terrible accidente o padecer una grave enfermedad, tampoco nadie está libre de ser víctima de una falsa acusación.
En medio de tantas personas insanas y perversas que habitan este mundo, cualquiera puede ser alcanzado y ensuciado por una falsa acusación en el momento menos pensado.
Hasta padecerlo en la propia piel, nadie sabe cuánto se sufre al ser acusado injustamente por algo que NO se ha hecho y que, además, quien acusa también sabe perfectamente que nunca ocurrió aquello por lo que acusa.
Quien atravesó una situación así sabe que, enseguida del efecto sorpresa que golpea, aparece con fuerza el dolor y la impotencia para terminar prevaleciendo la más severa indignación.
El sentimiento de dolor crecerá hasta límites inimaginables si se trata de una acusación por conducta aberrante. Todo lo abominable del comportamiento dolosamente imputado agiganta la indignación ante la injusticia.
Injusticia que se cobra varias víctimas, además de la persona directa y falsamente acusada.
¿Cabe perdonar ante tal infamia? La respuesta que, al parecer, para muchos es más simple y reiterada es que sí debe perdonarse porque todo debe perdonarse.
Por varias razones, yo sigo pensando que NO se debe y NO se puede perdonar.
Entre otros motivos porque el daño de esa injusticia alcanzó a otros y por tanto carezco de derecho para regalar perdones por daños que otros sufrieron.
Por otra parte, el perdón requiere como condición el arrepentimiento sincero y el propósito de enmendar el daño inferido. Sin esas condiciones NO hay perdón que valga.
Por todo ello y por mucho más, reafirmo: NO PUEDO, NO DEBO y NO QUIERO PERDONAR
CUSTODIA COMPARTIDA Y LAS DENUNCIAS POR VIOLENCIA DE GÉNERO
Moderador: Administrador
Re: CUSTODIA COMPARTIDA Y LAS DENUNCIAS POR VIOLENCIA DE GÉN
Buenos días,
Desde que Yo era un mocosete, siempre creí en Dios como el ser que con la mayor de las objetividades e imparcialidades daba a corto o largo plazo a cada persona lo que se merecía en la vida. Soy de aquellos que no sienten odio ni rencor, porque si dejo entrar ese veneno en mi corazón, ya jamás podré erradicarlo de él y eso sería contraproducente para mis relaciones personales, familiares, laborales y sociales.
El daño que en esta u otra materia se aflige es cuanto menos meridiano, procedente, en muchas veces, de quien algún día dijo que te amaba, te quería....Si la violencia de género es una lacra social que hay que erradicar (jamás a cualquier precio), cosa que no lo dudo un solo instante, no menos cierto es que la acusación y denuncia falsa con sus terribles consecuencias, no deja de serlo igualmente. En una sociedad donde se juega a capricho o a modo de arras políticas con el derecho es harto delicado, pues se emplean, incluso, adjetivaciones para justificar lo injustificable, verbigracia discriminación "positiva o negativa", dependiendo de que atributos sexuales tengas en la entrepierna.
De este tema se puede hablar largo y tendido, pero al final del camino, se impone, como no puede ser de otra manera, la lógica, el mínimo sentido común, y prueba de ello lo es la "custodia compartida" que hoy día emerge con fueras, y que un sector radical trata, por todos los medios, de que no vea la luz, germine, al derecho positivo.
Pero muy por encima de cuando una fiscalía pide detenciones a cualquier precio para subir la estadística de detenidos por violencia de género, en una actitud políticamente correcta, pero jurídicamente un rotundo despropósito, no sólo censurable moralmente sino además jurídicamente, lo evidente termina por imponerse.
Aun estamos a muchos años luz de progreso jurídico con respecto a muchos países Europeos, donde se tiene mayor sensibilidad en el respeto a la independencia de la Justicia, a los derechos inalienables de todas las personas (como lo es la igualdad ante la ley), independientemente de su género o status; donde no aceptan "órdenes" por miedo a represalias contra el poder Judicial, donde su independencia es una máxima y no una virtualidad.
A veces he pensado y creo firmemente en que el poder más grandioso de esta vida es aquel que dimana de una justicia más elevada a la del ser humano, mucho más independiente e infinitamente imparcial, no se le puede corromper, no se le pude hostigar ni apocar, es la justicia divina, y esta siempre termina imponiéndose en la vida, dándole a cada cuál lo que verdaderamente se merece conforme a sus actos y acciones, sus sentencias son, sin lugar a dudas, inapelables, de perenne e inmediato cumplimiento, imprescriptibles y de una rectitud incuestionable, y a ella siempre, siempre se debe apelar en silencio, callado (a), porque si no te falta la razón y tus actos han sido puros, esa justicia vendrá a ti y será la que se imponga por encima de cualquier otra....paciencia.
Un saludo
OPESLEGIS
Desde que Yo era un mocosete, siempre creí en Dios como el ser que con la mayor de las objetividades e imparcialidades daba a corto o largo plazo a cada persona lo que se merecía en la vida. Soy de aquellos que no sienten odio ni rencor, porque si dejo entrar ese veneno en mi corazón, ya jamás podré erradicarlo de él y eso sería contraproducente para mis relaciones personales, familiares, laborales y sociales.
El daño que en esta u otra materia se aflige es cuanto menos meridiano, procedente, en muchas veces, de quien algún día dijo que te amaba, te quería....Si la violencia de género es una lacra social que hay que erradicar (jamás a cualquier precio), cosa que no lo dudo un solo instante, no menos cierto es que la acusación y denuncia falsa con sus terribles consecuencias, no deja de serlo igualmente. En una sociedad donde se juega a capricho o a modo de arras políticas con el derecho es harto delicado, pues se emplean, incluso, adjetivaciones para justificar lo injustificable, verbigracia discriminación "positiva o negativa", dependiendo de que atributos sexuales tengas en la entrepierna.
De este tema se puede hablar largo y tendido, pero al final del camino, se impone, como no puede ser de otra manera, la lógica, el mínimo sentido común, y prueba de ello lo es la "custodia compartida" que hoy día emerge con fueras, y que un sector radical trata, por todos los medios, de que no vea la luz, germine, al derecho positivo.
Pero muy por encima de cuando una fiscalía pide detenciones a cualquier precio para subir la estadística de detenidos por violencia de género, en una actitud políticamente correcta, pero jurídicamente un rotundo despropósito, no sólo censurable moralmente sino además jurídicamente, lo evidente termina por imponerse.
Aun estamos a muchos años luz de progreso jurídico con respecto a muchos países Europeos, donde se tiene mayor sensibilidad en el respeto a la independencia de la Justicia, a los derechos inalienables de todas las personas (como lo es la igualdad ante la ley), independientemente de su género o status; donde no aceptan "órdenes" por miedo a represalias contra el poder Judicial, donde su independencia es una máxima y no una virtualidad.
A veces he pensado y creo firmemente en que el poder más grandioso de esta vida es aquel que dimana de una justicia más elevada a la del ser humano, mucho más independiente e infinitamente imparcial, no se le puede corromper, no se le pude hostigar ni apocar, es la justicia divina, y esta siempre termina imponiéndose en la vida, dándole a cada cuál lo que verdaderamente se merece conforme a sus actos y acciones, sus sentencias son, sin lugar a dudas, inapelables, de perenne e inmediato cumplimiento, imprescriptibles y de una rectitud incuestionable, y a ella siempre, siempre se debe apelar en silencio, callado (a), porque si no te falta la razón y tus actos han sido puros, esa justicia vendrá a ti y será la que se imponga por encima de cualquier otra....paciencia.
Un saludo
OPESLEGIS