Unionoficiales.ORG

INTERVENCIÓN DE LA MINISTRA DE DEFENSA EN LA PRESENTACIÓN DEL DIRECTOR GENERAL DE LA POLICÍA Y LA GUARDIA CIVIL

Señor Ministro del Interior, Autoridades, guardias civiles, señoras, señores.

Yo también debo comenzar agradeciendo su trabajo al anterior Director General y felicitando al que se incorpora en el puesto. Agradecimiento y felicitación que son completamente merecidos. Creo que Joan Mesquida ha desarrollado una excelente labor y ha sabido afrontar con éxito el difícil reto que supuso asumir la dirección conjunta de la Policía y la Guardia Civil. Estoy convencida de que su sucesor, Francisco Velázquez, encuentra el camino allanado para seguir profundizando en el objetivo de mejorar la eficacia de la Guardia Civil en beneficio de todos los ciudadanos, y continuar impulsando la coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Asume uno de los puestos más exigentes de toda la Administración española, y sé que lo va a hacer bien.

Hoy, sin duda, el protagonista es el nuevo Director, al que brindaré todo mi apoyo. Lo haré porque soy plenamente consciente de la trascendencia de su puesto. Pero sobre todo, porque como ministra de defensa es mi obligación hacerlo, pues la doble condición de la Guardia Civil la vincula de una forma muy estrecha con el ministerio que me honro en dirigir.

Ésta es la primera ocasión en que participo en un acto de la Guardia Civil, y en éste mi primer mensaje quiero expresar un sentimiento, una convicción y un compromiso.

El sentimiento, como no podía ser menos, es de admiración y respeto.
Admiración y respeto por el espíritu de sacrificio, por la vocación de servicio que caracterizan a una Institución que lleva más de 160 años velando por la seguridad de los ciudadanos. Y es importante que cada uno de los miembros de la Guardia Civil tenga siempre presente que éste es un sentimiento compartido por todos los españoles.

La convicción que quiero transmitirles es la de que hoy la Guardia Civil es un cuerpo de seguridad moderno y extraordinariamente capaz de hacer frente a los nuevos retos que plantea un mundo donde las oportunidades se
han globalizado, pero también lo han hecho las amenazas.

Las claves de este éxito son varias:

Se debe a un modelo que se ha mostrado sumamente eficaz; el mismo modelo que comparten otros países europeos como Francia, Italia y Holanda.

Se debe al espíritu de superación de los profesionales del Cuerpo.

Y, puedo decir con satisfacción, también es producto del importante esfuerzo que el Gobierno está haciendo para aumentar las plantillas, los medios y las retribuciones de la Guardia Civil.

He hablado de un compromiso. Mi compromiso es el de trabajar sin descanso para, dentro del marco de competencias que la ley le atribuye al Ministerio de Defensa, mejorar el desarrollo de la carrera profesional y su formación. Y, de manera especial, mejorar las condiciones en que los y las guardias civiles prestan servicio a nuestros ciudadanos. Acabo de elogiar la proverbial capacidad de sacrificio de los miembros de la Guardia Civil, pero estoy convencida de que los responsables políticos tenemos la obligación de actuar para que ese sacrificio no vaya más allá de lo exigible. Para que el esfuerzo tenga la adecuada compensación mediante una dotación de recursos acorde con la importancia de la función que desempeñan y el riesgo que asumen; para que las condiciones de prestación del servicio sean las mejores posibles.

Éste es el espíritu que anima en las dos importantes reformas que el Gobierno impulsó en la pasada legislatura, cuando se estableció el nuevo Régimen Disciplinario de la Guardia Civil y se regularon los Derechos y Deberes de sus miembros. La futura Ley de Personal, y el Real Decreto de Misiones de carácter militar de la Guardia Civil completarán la necesaria
modernización que exige el nuevo concepto integral de la seguridad. Un concepto que asume, entre otras cosas, la dimensión exterior de la Guardia Civil: En este momento, más de cien miembros del Cuerpo participan en las
misiones que nuestras Fuerzas Armadas desarrollan en varios lugares del mundo en defensa de la paz y la legalidad internacional, como hace unos días pude comprobar personalmente en la base de Herat, en Afganistán.

La integración de la Guardia Civil en un instrumento tan útil como la Fuerza de Gendarmería Europea completa su dimensión internacional. Una faceta que ha permitido extender su prestigio más allá de nuestras fronteras.

Una institución moderna, eficaz y con una extraordinaria valoración social: ésa es la Guardia Civil cuya dirección asume Francisco Velázquez.
A él quiero reiterarle que ante el gran reto que acaba de asumir, que acabas de asumir, vas a tener todo el respaldo, el mío y del Ministerio de Defensa.

He comenzado diciendo que no hay destino más exigente en la Administración española. Termino diciendo, Director General, que no hay un cargo más apasionante que el que ocupas desde hace apenas unas horas.

Te deseo de todo corazón que tengas mucha suerte.
Por el bien de la Guardia Civil, y por el de toda la sociedad a la que sirve.