POBRES DE ESPÍRITU
Publicado: 09 May 2009, 18:06
De esta forma me atrevería a calificar la actitud de los que integramos la Escala de Oficiales de Promoción Interna.
En cualquier colectivo que se hubiese planteado una situación similar a la que se está planteando en el Cuerpo: dos grupos de trabajadores que deben de conformar un mismo nivel, se plantearían variadas opciones para hacerlo.
Al menos, los integrantes del grupo que, a priori, parte de una posición más desventajosa y, a la postre, resultaría más perjudicado se posicionarían en postulados del siguiente tipo:
OPCIÓN 1 (la más extremista): Que los empleos del nuevo nivel se conformaran con un número de miembros en proporción a los integrantes de los grupos de origen (grupo 1 = 35 %; Grupo 2 = 65 %).
OPCIÓN 2 (sigue siendo bastante dura): Que los empleos del nuevo nivel se conformaran al 50 % con integrantes de los dos grupos de origen.
OPCIÓN 3 (la más razonable): Que en el nuevo nivel se mantuvieran los mismos empleos y los integrantes de los dos grupos de origen se entrecruzaran según su antigüedad en el grupo al que pertenecían.
OPCIÓN 4 (la más exigente): Que se establecieran unos baremos objetivos en los que se valoraran, por ejemplo: empleo alcanzado, antigüedad en el Cuerpo, en la Escala y en el empleo, titulaciones académicas, nivel de idiomas, cursos internos, Unidades de destino, etc., y en general todo aquello que de una forma objetiva sirviera de base para integrar, sin distinción, en el nuevo nivel a los procedentes de ambos grupos.
Lo que no plantearía nadie es que un grupo se integrara de oficio y sin ningún impedimento, mientras que el otro debe sortear todo tipo de obstáculos, retrasos y perjuicios, ocasionados por un sistema ideado y manipulado precisamente por el grupo que sale descaradamente beneficiado.
Esta claro que el grupo 1 pretenda desequilibrar la balanza a su favor todo lo que pueda y empiece aposentándose en el extremo más positivo para ellos. Lo que no está claro es que el grupo 2, salga conformándose de inicio con la posición más razonable.
Las posturas de ambos grupos habrán de moderarse poco a poco hasta llegar a un punto de equilibrio, cediendo algo de sus posiciones iniciales.
Para llegar a la que parece más lógica, posiblemente habría que haber partido de otras posiciones más favorables para el grupo 2.
Lo que decía al principio, pobres de espíritu.
En cualquier colectivo que se hubiese planteado una situación similar a la que se está planteando en el Cuerpo: dos grupos de trabajadores que deben de conformar un mismo nivel, se plantearían variadas opciones para hacerlo.
Al menos, los integrantes del grupo que, a priori, parte de una posición más desventajosa y, a la postre, resultaría más perjudicado se posicionarían en postulados del siguiente tipo:
OPCIÓN 1 (la más extremista): Que los empleos del nuevo nivel se conformaran con un número de miembros en proporción a los integrantes de los grupos de origen (grupo 1 = 35 %; Grupo 2 = 65 %).
OPCIÓN 2 (sigue siendo bastante dura): Que los empleos del nuevo nivel se conformaran al 50 % con integrantes de los dos grupos de origen.
OPCIÓN 3 (la más razonable): Que en el nuevo nivel se mantuvieran los mismos empleos y los integrantes de los dos grupos de origen se entrecruzaran según su antigüedad en el grupo al que pertenecían.
OPCIÓN 4 (la más exigente): Que se establecieran unos baremos objetivos en los que se valoraran, por ejemplo: empleo alcanzado, antigüedad en el Cuerpo, en la Escala y en el empleo, titulaciones académicas, nivel de idiomas, cursos internos, Unidades de destino, etc., y en general todo aquello que de una forma objetiva sirviera de base para integrar, sin distinción, en el nuevo nivel a los procedentes de ambos grupos.
Lo que no plantearía nadie es que un grupo se integrara de oficio y sin ningún impedimento, mientras que el otro debe sortear todo tipo de obstáculos, retrasos y perjuicios, ocasionados por un sistema ideado y manipulado precisamente por el grupo que sale descaradamente beneficiado.
Esta claro que el grupo 1 pretenda desequilibrar la balanza a su favor todo lo que pueda y empiece aposentándose en el extremo más positivo para ellos. Lo que no está claro es que el grupo 2, salga conformándose de inicio con la posición más razonable.
Las posturas de ambos grupos habrán de moderarse poco a poco hasta llegar a un punto de equilibrio, cediendo algo de sus posiciones iniciales.
Para llegar a la que parece más lógica, posiblemente habría que haber partido de otras posiciones más favorables para el grupo 2.
Lo que decía al principio, pobres de espíritu.