EXPEDIENTAN A DOS MANDOS DE LA GUARDIA CIVIL
Publicado: 28 Jun 2009, 20:42
La desaparición de unos doce kilos de cocaína del cuartel de la Guardia Civil de O Grove tiene muchas papeletas para resolverse únicamente con sanciones de tipo disciplinario. La falta de pruebas para imputar penalmente al autor o autores del robo podría cerrar en falso un espinoso asunto que, eso sí, salpicará a los mandos del puesto grovense. De hecho, la Guardia Civil ha abierto un expediente disciplinario por falta muy grave al sargento y al cabo que están al mando de este cuartel por errores en la custodia del fardo de veinte kilos de droga, que llegó a una playa de la localidad arousana en agosto pasado, y del que posteriormente, una vez almacenado en las dependencias oficiales, fueron sustraídos doce kilos.
Los responsables de la Guardia Civil en Galicia reconocen que en este caso ha fallado la cadena de custodia, y por ello han de responder los mandos que tenían la misión de vigilar la cocaína en cuestión, de ahí el origen de estos expedientes. «Hay que asumir las responsabilidades; la recepción y destrucción de la droga tiene unos protocolos regulados, y en este caso es evidente que no han funcionado», argumentan.
De todos modos, fuentes del cuerpo matizan que este caso ha puesto de manifiesto que los cuarteles de la Guardia Civil no son lugares apropiados para almacenar alijos e incluso vehículos confiscados, de ahí que reclamen depósitos judiciales en los que la custodia del material incautado sea más eficaz.
Lo cierto es que el robo de la cocaína del cuartel ha evidenciado tanto errores de los responsables del puesto como deficiencias de las instalaciones. Fuentes de la investigación precisaron en este sentido que los agentes que trasladaron el fardo al cuartel decidieron almacenarlo inicialmente, y tras realizar el pesaje de la droga, en un bajo de las dependencias con el fin de que se secase. No en vano, estaba muy húmedo tras pasar muchas horas en el mar después de que unos narcos lo arrojasen al agua desde su planeadora en medio de una persecución policial que había tenido lugar días antes de la llegada del paquete al arenal grovense.
En ese bajo se guardaba también material de unas obras que se estaban realizando esos días en el cuartel, lo cual disparó en un primer momento las sospechas de que alguno de los obreros pudiese estar relacionado con el robo. El sargento se hallaba entonces de permiso, y cuando regresó ordenó el traslado de la droga a otra sala del puesto en la que, a priori, se incrementaría la seguridad. Días después, al realizar un nuevo pesaje, fue cuando se constató que faltaba parte de la cocaína intervenida.
Sin rastro de los autores
«No podemos acusar a nadie», reconocen fuentes de la investigación. Y por eso también todas las líneas están abiertas, desde la que hace recaer las sospechas en los propios agentes, y que ha provocado una honda preocupación entre los 23 funcionarios del cuartel por el deterioro de su imagen, hasta la que trata de averiguar si alguien de fuera del cuerpo se llevó la droga aprovechando los fallos en la custodia. Hace unos meses, coincidiendo con el robo, se hicieron unas reformas en el cuartel, para lo que se contrató a una empresa de la localidad. Los obreros tuvieron acceso al habitáculo en el que se guardaba la cocaína, pero tampoco se puede descartar que, aprovechando los fallos en la custodia, otras personas entraran en el edificio y se llevaran varios paquetes del fardo de veinte kilos.
Ante la falta de pruebas que permitan acusar a los autores del robo, lo más probable es que las responsabilidades se reduzcan a los mandos del cuartel por una falta grave en la custodia. El sargento y el cabo podrían enfrentarse a un posible cambio de destino y a una suspensión de empleo y sueldo por el tiempo que determine el titular del Juzgado número 2 de Cambados, Juan Carlos Carballal.
http://www.lavozdegalicia.es/galicia/20 ... 811503.htm
La custodia de la droga (sobre todo en cantidades grandes) siempre ha sido un "marronazo".
Los responsables de la Guardia Civil en Galicia reconocen que en este caso ha fallado la cadena de custodia, y por ello han de responder los mandos que tenían la misión de vigilar la cocaína en cuestión, de ahí el origen de estos expedientes. «Hay que asumir las responsabilidades; la recepción y destrucción de la droga tiene unos protocolos regulados, y en este caso es evidente que no han funcionado», argumentan.
De todos modos, fuentes del cuerpo matizan que este caso ha puesto de manifiesto que los cuarteles de la Guardia Civil no son lugares apropiados para almacenar alijos e incluso vehículos confiscados, de ahí que reclamen depósitos judiciales en los que la custodia del material incautado sea más eficaz.
Lo cierto es que el robo de la cocaína del cuartel ha evidenciado tanto errores de los responsables del puesto como deficiencias de las instalaciones. Fuentes de la investigación precisaron en este sentido que los agentes que trasladaron el fardo al cuartel decidieron almacenarlo inicialmente, y tras realizar el pesaje de la droga, en un bajo de las dependencias con el fin de que se secase. No en vano, estaba muy húmedo tras pasar muchas horas en el mar después de que unos narcos lo arrojasen al agua desde su planeadora en medio de una persecución policial que había tenido lugar días antes de la llegada del paquete al arenal grovense.
En ese bajo se guardaba también material de unas obras que se estaban realizando esos días en el cuartel, lo cual disparó en un primer momento las sospechas de que alguno de los obreros pudiese estar relacionado con el robo. El sargento se hallaba entonces de permiso, y cuando regresó ordenó el traslado de la droga a otra sala del puesto en la que, a priori, se incrementaría la seguridad. Días después, al realizar un nuevo pesaje, fue cuando se constató que faltaba parte de la cocaína intervenida.
Sin rastro de los autores
«No podemos acusar a nadie», reconocen fuentes de la investigación. Y por eso también todas las líneas están abiertas, desde la que hace recaer las sospechas en los propios agentes, y que ha provocado una honda preocupación entre los 23 funcionarios del cuartel por el deterioro de su imagen, hasta la que trata de averiguar si alguien de fuera del cuerpo se llevó la droga aprovechando los fallos en la custodia. Hace unos meses, coincidiendo con el robo, se hicieron unas reformas en el cuartel, para lo que se contrató a una empresa de la localidad. Los obreros tuvieron acceso al habitáculo en el que se guardaba la cocaína, pero tampoco se puede descartar que, aprovechando los fallos en la custodia, otras personas entraran en el edificio y se llevaran varios paquetes del fardo de veinte kilos.
Ante la falta de pruebas que permitan acusar a los autores del robo, lo más probable es que las responsabilidades se reduzcan a los mandos del cuartel por una falta grave en la custodia. El sargento y el cabo podrían enfrentarse a un posible cambio de destino y a una suspensión de empleo y sueldo por el tiempo que determine el titular del Juzgado número 2 de Cambados, Juan Carlos Carballal.
http://www.lavozdegalicia.es/galicia/20 ... 811503.htm
La custodia de la droga (sobre todo en cantidades grandes) siempre ha sido un "marronazo".