ENTREVISTA A UN OFICIAL UO
Publicado: 23 Ago 2009, 14:39
"Entre los oficiales de la Guardia Civil existen claros casos de discriminación"
Granadino de 36 años, de padres alpujarreños, ingresó en el cuerpo recién entrado en la veintena y es profesor de tiro en Baeza · La equiparación de funciones entre los mandos del instituto es su gran objetivo
Agustín Rodríguez lleva 16 años en la Guardia Civil, tiempo más que suficiente como para darse cuenta de que esos ideales por los que él y otros muchos se enrolaron en el Cuerpo -la defensa de la justicia, el servicio a los demás y ese tipo de cosas- también los debía defender allí dentro. Porque, como se apresura a decir este granadino, de padres alpujarreños y criado en el Caserío de Montijo, ahí no siempre brilla la justicia y en cambio sí que se producen claros casos de discriminación.
Es de suponer que, mientras no estaban permitidas las asociaciones de guardias civiles, ese tipo de quejas las tuviera que mascullar para sus adentros. Ahora, gracias a la Ley Orgánica de 2007 que regula los derechos y deberes de los que integran el instituto armado y, lo que para el caso es más determinante, autorizó la creación de entidades -que no pueden llamarse sindicatos, por el carácter militar del cuerpo- las puede airear, y las airea, desde la Unión de Oficiales, de la que es delegado en Andalucía Oriental.
El problema principal, cuenta, es que en la Guardia Civil hay dos tipos de oficiales: los de la Escala Superior, que proceden del Ejército, y los de la Escala de Oficiales o de promoción interna. Es una división que se autorizó en 1998 y que a su juicio legitima esas supuestas discriminaciones contra las que lucha su asociación.
"Por ejemplo, mientras que un oficial llegado del Ejército ya puede ser teniente con 25 años y en cuestión de ocho años más puede subir hasta comandante, los de promoción interna raramente llegan a capitanes antes de los 45 y es bastante probable que pasen a la reserva activa, con 61, antes de que sean nombrados comandantes, porque no le va a dar tiempo a ascender hasta tan alto".
Eso tiene que ver con los cupos reservados para los del primer grupo. "Mientras que a ellos se les asigna un destino de teniente en cuanto salen de la Escuela de Aranjuez y después se les reservan plazas cuando hay ascensos a capitán o comandantes, nosotros tenemos que conformarnos con unos cupos muy pequeños. Para que la gente se haga una idea -añade- hay 208 tenientes coroneles de la Escala Superior y sólo 8 de promoción interna; y 298 comandantes frente a 54".
Los agravios se trasladan al terreno puramente laboral -los tenientes de promoción interna hacen trabajo de campo, en su caso como profesor de tiro en la Academia de Baeza, y los de la Escala Superior normalmente están en despachos- y llegan incluso al terreno de la anécdota. "Todos los oficiales de la Guardia Civil tenemos derecho a un sable. A los de la Escala Superior se lo regalan y nosotros, si lo queremos, tenemos que comprarlo", revela, y aunque no añade nada, por su voz se desprende que eso ya le parece hasta ridículo.
Lo cierto es que todas esas particularidades se aprobaron en 1998, lo que quiere decir con la democracia ya bien asentada. Los privilegios que los militares tuvieron en el anterior régimen quedaban bastante lejos, pero sucedió, según el teniente, que por entonces "no había nadie en el cuerpo que pudiera acudir al poder legislativo a decir que eso era un atropello. Ahora sí, porque existimos nosotros", razona.
Y urge actuar, agrega, porque para principios de diciembre se pretende aprobar la Ley de Personal de la Guardia Civil, que entiende que agravaría esa división y, en la práctica, podría "bloquear el funcionamiento" del instituto armado".
Una de las principales tareas de la Unión de Oficiales es, por tanto, hablar con los políticos. Es una asociación que se declara ajena a cualquier sigla, así que pretende exponer sus ideas a todos los grupos. Y ya puestos, plantearles lo que creen que sería una solución ideal: aumentar el número de oficiales. "Si nos comparan con la Policía Nacional, resulta que somos 25.000 agentes más pero tenemos muchísimos menos mandos. Y no es que ellos tengan muchos; es que nosotros tenemos poquísimos, hasta el punto de que en muchas ocasiones los suboficiales tienen que desarrollar tareas de oficiales".
Por si todo lo anterior no pareciera suficientemente discriminatorio, Agustín Rodríguez apunta un elemento más y lo sitúa precisamente en Granada. "Hay guardias civiles que llevan 35 años en el cuerpo y que sin embargo están al mando de alguien que sólo lleva ocho. El capitán que manda en la compañía de Motril es de más edad que su superior, un comandante. Y lo mismo sucede en Órgiva o en Loja. El capitán responsable de tráfico de la provincia de Granada también es mayor que su comandante", enumera.
Y de ellos, de los superiores, depende que reciban o no un complemento salarial de productividad. "Es arbitrario. Por cosas como las que digo nos lo jugamos", concluye.
http://www.granadahoy.com/article/grana ... acion.html
Granadino de 36 años, de padres alpujarreños, ingresó en el cuerpo recién entrado en la veintena y es profesor de tiro en Baeza · La equiparación de funciones entre los mandos del instituto es su gran objetivo
Agustín Rodríguez lleva 16 años en la Guardia Civil, tiempo más que suficiente como para darse cuenta de que esos ideales por los que él y otros muchos se enrolaron en el Cuerpo -la defensa de la justicia, el servicio a los demás y ese tipo de cosas- también los debía defender allí dentro. Porque, como se apresura a decir este granadino, de padres alpujarreños y criado en el Caserío de Montijo, ahí no siempre brilla la justicia y en cambio sí que se producen claros casos de discriminación.
Es de suponer que, mientras no estaban permitidas las asociaciones de guardias civiles, ese tipo de quejas las tuviera que mascullar para sus adentros. Ahora, gracias a la Ley Orgánica de 2007 que regula los derechos y deberes de los que integran el instituto armado y, lo que para el caso es más determinante, autorizó la creación de entidades -que no pueden llamarse sindicatos, por el carácter militar del cuerpo- las puede airear, y las airea, desde la Unión de Oficiales, de la que es delegado en Andalucía Oriental.
El problema principal, cuenta, es que en la Guardia Civil hay dos tipos de oficiales: los de la Escala Superior, que proceden del Ejército, y los de la Escala de Oficiales o de promoción interna. Es una división que se autorizó en 1998 y que a su juicio legitima esas supuestas discriminaciones contra las que lucha su asociación.
"Por ejemplo, mientras que un oficial llegado del Ejército ya puede ser teniente con 25 años y en cuestión de ocho años más puede subir hasta comandante, los de promoción interna raramente llegan a capitanes antes de los 45 y es bastante probable que pasen a la reserva activa, con 61, antes de que sean nombrados comandantes, porque no le va a dar tiempo a ascender hasta tan alto".
Eso tiene que ver con los cupos reservados para los del primer grupo. "Mientras que a ellos se les asigna un destino de teniente en cuanto salen de la Escuela de Aranjuez y después se les reservan plazas cuando hay ascensos a capitán o comandantes, nosotros tenemos que conformarnos con unos cupos muy pequeños. Para que la gente se haga una idea -añade- hay 208 tenientes coroneles de la Escala Superior y sólo 8 de promoción interna; y 298 comandantes frente a 54".
Los agravios se trasladan al terreno puramente laboral -los tenientes de promoción interna hacen trabajo de campo, en su caso como profesor de tiro en la Academia de Baeza, y los de la Escala Superior normalmente están en despachos- y llegan incluso al terreno de la anécdota. "Todos los oficiales de la Guardia Civil tenemos derecho a un sable. A los de la Escala Superior se lo regalan y nosotros, si lo queremos, tenemos que comprarlo", revela, y aunque no añade nada, por su voz se desprende que eso ya le parece hasta ridículo.
Lo cierto es que todas esas particularidades se aprobaron en 1998, lo que quiere decir con la democracia ya bien asentada. Los privilegios que los militares tuvieron en el anterior régimen quedaban bastante lejos, pero sucedió, según el teniente, que por entonces "no había nadie en el cuerpo que pudiera acudir al poder legislativo a decir que eso era un atropello. Ahora sí, porque existimos nosotros", razona.
Y urge actuar, agrega, porque para principios de diciembre se pretende aprobar la Ley de Personal de la Guardia Civil, que entiende que agravaría esa división y, en la práctica, podría "bloquear el funcionamiento" del instituto armado".
Una de las principales tareas de la Unión de Oficiales es, por tanto, hablar con los políticos. Es una asociación que se declara ajena a cualquier sigla, así que pretende exponer sus ideas a todos los grupos. Y ya puestos, plantearles lo que creen que sería una solución ideal: aumentar el número de oficiales. "Si nos comparan con la Policía Nacional, resulta que somos 25.000 agentes más pero tenemos muchísimos menos mandos. Y no es que ellos tengan muchos; es que nosotros tenemos poquísimos, hasta el punto de que en muchas ocasiones los suboficiales tienen que desarrollar tareas de oficiales".
Por si todo lo anterior no pareciera suficientemente discriminatorio, Agustín Rodríguez apunta un elemento más y lo sitúa precisamente en Granada. "Hay guardias civiles que llevan 35 años en el cuerpo y que sin embargo están al mando de alguien que sólo lleva ocho. El capitán que manda en la compañía de Motril es de más edad que su superior, un comandante. Y lo mismo sucede en Órgiva o en Loja. El capitán responsable de tráfico de la provincia de Granada también es mayor que su comandante", enumera.
Y de ellos, de los superiores, depende que reciban o no un complemento salarial de productividad. "Es arbitrario. Por cosas como las que digo nos lo jugamos", concluye.
http://www.granadahoy.com/article/grana ... acion.html