ACABAR CON LA LEGION
Publicado: 26 Nov 2009, 14:28
jueves, 26 de noviembre de 2009
Acabar con la Legión
Llevados de sus miedos atávicos, en el recuerdo también de la guerra civil española, el PSOE de Felipe González llegó al Gobierno, en 1982, con el propósito firme de acabar con la Guardia Civil.
Para empezar, el primer envite fue poner fecha de caducidad al símbolo más característico de la Benemérita, el tricornio.
Ocurrió que el nuevo Gobierno, y sobre todo el ministro del Interior, a la sazón José Barrionuevo, conoció a fondo las capacidades y virtualidades del Instituto, y al final acabó “enamorándose” de la Guardia Civil. Lo reconoció públicamente y sin el menor complejo Barrionuevo, cuando dijo que había sido “un descubrimiento”. Y así se salvó la Benemérita, hasta hoy.
Bueno, pues en esa misma proyección de temores y mitos del pasado, existente en el imaginario de la izquierda, parece situarse también la Legión, igualmente vinculada en nuestra historia reciente a la guerra civil y a Franco. No ha tenido buena prensa entre una gran parte de los socialistas.
Tal como se anunció en estas páginas, el nuevo jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general Virgilio Sañudo, ha dictado una ordenanza dirigida a erradicar algunos aspectos emblemáticos de la Legión: las patillas largas, la barba poblada, la camisa desabrochada y el pelo en pecho, etc.
Algunos lo han interpretado como parte de un plan para ir diluyendo la peculiar imagen de los legionarios, de forma que, cuando el cuerpo sea disuelto, nadie se dé cuenta de nada.
Hay que recordar que han sido disueltas la II Bandera de la Legión, que tenía guarnición en Melilla, y la V Bandera, con sede en Ceuta.
A todo esto se añade el dato de que el general Sañudo es paracaidista, y por tanto seguramente participa de la rivalidad que existe con la Legión, y del rechazo de los paracas hacia las peculiaridades físicas de los legionarios.
Admito que el cambio en los detalles de uniformidad y en la apariencia externa no parecen, en principio, cuestiones relevantes. Pero, si todo un teniente general se ocupa de meterse en berenjenal semejante, que está provocando movimientos de resistencia en las filas de la Legión, algo tiene que haber detrás.
¡Qué más le tendría que dar a Virgilio Sañudo que los legionarios vayan así o asá, si se trata de una característica suya, de larga tradición, a la que están acostumbrados y apegados… mientras eso no vaya en detrimento de la disciplina y de la combatividad! Y nada de eso se ha perdido.
Y tengo que pensar que el jefe de la Fuerza Terrestre no se habría atrevido a una ofensiva semejante, tratándose de la Legión, sin contar con la aquiescencia de la ministra Carme Chacón y aun de todo el Gobierno.
Así que me temo que estamos ante algo más que una anécdota. Y, si no fuera así, me encantaría que me convencieran de que estoy equivocado.
http://www.elconfidencialdigital.com/Blog.aspx?IdBlog=1
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Acabar con la Legión
Llevados de sus miedos atávicos, en el recuerdo también de la guerra civil española, el PSOE de Felipe González llegó al Gobierno, en 1982, con el propósito firme de acabar con la Guardia Civil.
Para empezar, el primer envite fue poner fecha de caducidad al símbolo más característico de la Benemérita, el tricornio.
Ocurrió que el nuevo Gobierno, y sobre todo el ministro del Interior, a la sazón José Barrionuevo, conoció a fondo las capacidades y virtualidades del Instituto, y al final acabó “enamorándose” de la Guardia Civil. Lo reconoció públicamente y sin el menor complejo Barrionuevo, cuando dijo que había sido “un descubrimiento”. Y así se salvó la Benemérita, hasta hoy.
Bueno, pues en esa misma proyección de temores y mitos del pasado, existente en el imaginario de la izquierda, parece situarse también la Legión, igualmente vinculada en nuestra historia reciente a la guerra civil y a Franco. No ha tenido buena prensa entre una gran parte de los socialistas.
Tal como se anunció en estas páginas, el nuevo jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general Virgilio Sañudo, ha dictado una ordenanza dirigida a erradicar algunos aspectos emblemáticos de la Legión: las patillas largas, la barba poblada, la camisa desabrochada y el pelo en pecho, etc.
Algunos lo han interpretado como parte de un plan para ir diluyendo la peculiar imagen de los legionarios, de forma que, cuando el cuerpo sea disuelto, nadie se dé cuenta de nada.
Hay que recordar que han sido disueltas la II Bandera de la Legión, que tenía guarnición en Melilla, y la V Bandera, con sede en Ceuta.
A todo esto se añade el dato de que el general Sañudo es paracaidista, y por tanto seguramente participa de la rivalidad que existe con la Legión, y del rechazo de los paracas hacia las peculiaridades físicas de los legionarios.
Admito que el cambio en los detalles de uniformidad y en la apariencia externa no parecen, en principio, cuestiones relevantes. Pero, si todo un teniente general se ocupa de meterse en berenjenal semejante, que está provocando movimientos de resistencia en las filas de la Legión, algo tiene que haber detrás.
¡Qué más le tendría que dar a Virgilio Sañudo que los legionarios vayan así o asá, si se trata de una característica suya, de larga tradición, a la que están acostumbrados y apegados… mientras eso no vaya en detrimento de la disciplina y de la combatividad! Y nada de eso se ha perdido.
Y tengo que pensar que el jefe de la Fuerza Terrestre no se habría atrevido a una ofensiva semejante, tratándose de la Legión, sin contar con la aquiescencia de la ministra Carme Chacón y aun de todo el Gobierno.
Así que me temo que estamos ante algo más que una anécdota. Y, si no fuera así, me encantaría que me convencieran de que estoy equivocado.
http://www.elconfidencialdigital.com/Blog.aspx?IdBlog=1
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