
Los guardias civiles culminan su protesta con una carta a Rubalcaba para exigir mejoras
La AUGC y la UO programan una manifestación multitudinaria en Madrid a la que acudirán 20.000 guardias civiles
IGNACIO M. PRADA / MADRID
Día 07/09/2010 - 21.32h
El Gobierno les había sugerido por activa y por pasiva que no se manifestaran. Primero, recordando a los guardias civiles sus obligaciones como miembros de la Seguridad ciudadana, entre las que se incluye su «expresa prohibición de asistir a cualquier tipo de reunión o manifestación portando armas o vistiendo uniforme».
La escalada de presión «amenazadora» e «intimidatoria», como la califican las asociaciones de la Guardia Civil que protestaron —Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y Unión de Oficiales (UO)—, fue elevándose hasta el punto de que, un día antes de la manifestación de este mediodía, recibieran otra misiva, esta vez sellada por el Ministerio del Interior, en la que, apelando a la jurisprudencia de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, les decía que, conforme a su «deber de neutralidad», tenían la «obligación de abstenerse de organizar y de asistir, en su condición de guardias civiles, a reuniones o manifestaciones públicas que tengan connotaciones de carácter político o sindical».
Lo cierto es que ni la presión del Gobierno ni la atenta vigilancia de la Policía Nacional pudo detener al medio centenar de guardias civiles que, eso sí, vestidos de paisano —pero con unos folios DIN-A3 en los que se leía en letras grandes «Yo soy Guardia Civil)—, se manifestaron frente al Ministerio de Interior para pedirle a Alfredo Pérez Rubalcaba y al director general de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, que solucionen «el clima de conflicto, frustración y descontento que vive actualmente la Guardia Civil».
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Abusos y agravios
La AUGC y la UO aprovecharon la concentración frente al Ministerio para entregar al titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, una carta en la que denuncian los «abusos y agravios» de la Benemérita en comparación con el Cuerpo Nacional de Policía: «Un guardia civil trabaja una media de 22 horas más al mes que un miembro del la Policía» y señalan que, aún hoy, «los mandos del Cuerpo de la Guardia Civil y las unidades de investigtación siguen sin disponer de una mínima regulación de su jornada laboral».
El otro eje en discordia es la «discriminación para la Promoción Interna». Las asociaciones de la Benemérita se quejan de que los oficiales procedentes de la Academia General Militar del Ejército de Tierra de Zaragoza tienen más posibilidades de ascender de rango que los que no lo son. Así, exigen al ministro Rubalcaba que «unifique automáticamente las Escalas de Oficiales de la Guardia Civil», conforme a lo que establece la Ley de la Carrera Militar.
Dicho esto, las asociaciones solicitan a Interior que propicie el caldo de cultivo adecuado para el diálogo y las negociaciones; si no —amenazan—, «se verán obligados a abandonar el Consejo de la Guardia Civil». De momento, el presidente de la UO, Francisco García Ruiz, ha anunciado una manifestación multitudinaria en Madrid para el 18 de septiembre a la que asistirán 20.000 guardias civiles.
ABC