Desde 2007 llevan los guardias civiles esperando la reforma de la Ley de Personal de la Guardia Civil. Esta reforma obedece al mandato del Legislador pero la resistencia a que la norma se aprobase es manifiesta. Estamos en 2014 y la nueva Ley aún no ha visto la luz.

  Esta ley provocó que mandos de la Guardia Civil saliesen a la calle, en manifestación, en 2010, con el gobierno del PSOE que se negó a tramitarla pese a, como se ha dicho, ser un mandato del Legislador.

  Tras su llegada a la Dirección General, Arsenio Fernández de Mesa se encontró con las peticiones de guardias civiles que le exigían dar cumplimiento a la Ley y tramitar esta reforma. Fernández de Mesa dijo que el proyecto que había dejado el gobierno anterior (PSOE) no le gustaba pero que comenzar toda la tramitación de nuevo provocaría más retraso. De ese modo el nuevo Director propuso seguir los trámites de esa Ley que no le gustaba (ni le gusta a nadie) y reformarla en su tramitación parlamentaria.

  La realidad es que el texto que remitió Fernández de Mesa al Ministerio del Interior es MUCHO PEOR que el que dejó el anterior Director sin tramitar. Lo poco bueno que tenía el anterior proyecto el actual Ministerio del Interior lo ha hecho desaparecer. Pero había cierta calma, eso sí, contenida, porque creíamos que este Director se iba a poner manos a la obra para mejorar el texto que había heredado. Pero no está siendo así, por lo menos esa es la percepción que se está teniendo. Como Poncio Pilatos se ha lavado las manos, le ha cargado el muerto al Ministro Jorge Fernández Díaz y al portavoz de la Comisión de Interior en el Congreso Conrado Escobar. Y veremos quién se lleva el gato al agua, si estos políticos o los generales que defienden el modelo más militar posible copiando el de la ley de personal de las Fuerzas Armadas donde se prima la formación militar sobre cualquier otro criterio como la experiencia.

  Entre tanto, 2000 mandos de promoción interna de la Guardia Civil, de los 3000 que hay en la actualidad, ven cómo éstos deciden su futuro, si pasan a formar parte de la nueva escala de mandos que crea la Ley en trámite o por el contrario quedan en una escala declarada a extinguir que se puede convertir una auténtica vía muerta.

  Pero si Arsenio Fernández de mesa creía que no se iba a manchar las manos de sangre, se equivoca. Comienza a cundir el sentimiento de traición. Dijo que iba a promover la mejora de la Ley y lo que único que ha hecho ha sido ocultarse bajo la mesa dejándolo todo en manos de sus generales. Cunde el sentimiento de desprecio, de abandono por parte del que debería liderar la Guardia Civil. Arsenio será el responsable directo de que el 70% de los mandos del Cuerpo se sientan vejados, abandonados, humillados... “qué buenos vasallos si tuviésemos buen Señor”.

  Aunque hay que reconocer que SÍ es buen Señor para algunos:

  Solo hay que dar una vuelta por el Diario Oficial de Defensa para ver cómo se condecora en bloque a la cúpula de la Guardia Civil. Mientras tanto los mandos de promoción interna ven como el proyecto de Ley los puede dejar en una vía muerta sin expectativas profesionales.

  Menuda herencia va a dejar. Con una Ley que tiene como objetivo cohesionar a la Guardia Civil va a provocar una fractura que dejará herido al Cuerpo durante la próxima década. Un gran servicio a España. Sí SEÑOR

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Madrid, 27 de MAYO de 2014
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